Año 488

Año 488.

Nimue da a luz a los mellizos Nimue “la pequeña” y Connell.

Nimue viaja nuevamente al Reino de Anwn y establece un pacto con el Jinete del Grifo.

A su regreso a Campo de Trigo, Blaine descubre que el Pretor Siagrio ha sido un mal invitado, tomándose demasiadas libertades con las mujeres de su casa. Siagrio promete comportarse mejor en adelante. Durante un tiempo Siagrio deja de molestar a las mujeres del servicio, pero termina por volver a su mal comportamiento. Blaine vuelve a reprenderle y escribe una carta al Rey Uther pidiendo que lo exima de dar hospedaje a su molesto invitado.

Mientras tanto, Nimue pasa algún tiempo investigando el Caballo Blanco de Fuerte Oeste. Finalmente es capaz de contactar con los espíritus que habitan el lugar y comprueba que, efectivamente, el lugar es un sitio sagrado de la Diosa Rhiannon (Epona). Regresa a la corte del Rey Uther y le informa de su descubrimiento. Uther accede a asignar un Druida de forma permanente, para mantener el lugar y dirigir las ceremonias. La propia Nimue es asignada para el puesto. Sus diez fanegas en Fuerte Oeste pasan a ser “de Por Vida”, lo que quiere decir que le pertenecerán hasta que fallezca, pero no pasarán a sus descendientes.

En Campo de Trigo, el mensajero que Blaine envió a Uther regresa con una carta del Rey en la que le ordena que siga dando alojamiento a Siagrio, tal y como le fue ordenado. El comportamiento del Pretor no mejora y Blaine decide que estará siempre vigilado por su hermano Irwin y que no tendrá más trato con las mujeres de la casa. Siagrio no se toma bien la situación y promete informar a Uther de lo que él considera un maltrato.

La Corte de Primavera de Uther se reúne en Clausentum, una ciudad portuaria en la tierra de los Belgas y muy próxima a Campo de Trigo. Nuestros protagonistas acuden a presentar sus respetos al Rey y a recibir sus órdenes para el año que empieza.

Hay dos noticias de gran importancia. El Príncipe Madoc se ha convertido al cristianismo y se ha desposado con una cristiana perteneciente a la Tribu de los Catuvellauni. Fruto de dicho matrimonio, nace Modred, tercero en la línea de sucesión al Trono de Dumnonia. Se rumorea que el Príncipe no goza de buena salud y que tiene un grave defecto en uno de sus pies.

La segunda noticia es que Uther ha decidido prestar ayuda al Pretor Siagrio en su intento de recuperar su reino en la Galia ahora en manos de los bárbaros Francos. La mitad del ejército zarpará de Clausentum en cuanto llegue el buen tiempo y estará comandado por el Príncipe Madoc.

Antes de dejar la Corte, Lord Owain se reúne con sus hombres de confianza para que le ayuden a tomar una decisión. El Rey le ha dado a elegir entre quedarse en Dumnonia o zarpar hacia la Galia junto a Madoc. La opinión mayoritaria es que Owain debería acompañar a Madoc para que la campaña en la Galia termine lo antes posible y que así se puedan concentrar en combatir a los muchos enemigos a los que se enfrenta Dumnonia.

Llegado el verano, nuestros protagonistas acuden de nuevo a Clausentum para unirse al ejército del Príncipe Madoc. Durante la travesía marítima, los personajes escuchan una disputa entre los líderes del ejército. No pueden enterarse de los detalles, pero parece que hay cierto desacuerdo. Dicho desacuerdo queda zanjado por Madoc que alza la voz lo suficiente como para que los protagonistas puedan escuchar lo que dice: “Cuatro semanas o una ciudad. ¡Nada más!”.

Finalmente la flota llega a la costa de la Galia y los mercenarios irlandeses aseguran una aldea de pescadores para que el grueso del ejército pueda desembarcar. Al carecer de un puerto de suficiente calado, el desembarco tiene que realizarse por medio de botes. El largo y tedioso proceso dura una semana. Para cuando los protagonistas ponen pie en tierra gala, los trabajos de construcción de material de asedio ya han comenzado en un bosque cercano.

Se asigna a los protagonistas la misión de anticiparse al grueso del ejército para evitar posibles emboscadas. En su misión se topan con un grupo de Francos que trataban de atacarles por sorpresa ocultos en una arboleda. Kiltan ordena a sus hombres desmontar para cercar a los Francos, en el último momento cambia de opinión y ordena regresar a las monturas. Antes de que los bretones puedan llegar a sus caballos, los Francos deciden salir de su escondite y atacar. Los hombres de Kiltan no están acostumbrados a combatir a pie y están en desventaja frente a los Francos. Sin embargo, los bretones salen victoriosos y capturan a un cabecilla Franco.

Finalmente el grupo de exploradores llega ante los muros de Bayeux, donde deciden aguardar al resto del ejército. Con la llegada del Principe Madoc comienzan de inmediato los trabajos de asedio. En lugar de esperar a que la ciudad se rinda por hambre, Madoc ordena un asalto.

El peso del asalto a Bayeux recae sobre los mercenarios irlandeses mientras el resto del ejército de Dumnonia observa desde una distancia segura. Pese a las cuantiosas bajas, los irlandeses consiguen trepar a las murallas, pero no consiguen abrirse paso hasta las puertas. Lord Owain pide voluntarios que ayuden a los mercenarios. Kiltan y Blaine se ofrecen y Owyn se une a ellos aunque no está convencido de que sea buena idea. Powell y el joven Jaradan no están dispuestos a ser menos y también se ofrecen voluntarios.

En su avance hacia las murallas, Kiltan es herido en el abdomen por una flecha disparada desde las murallas y cae inconsciente. El resto del grupo, protegido por sus escudos, consigue llegar hasta el pie de las murallas y comienzan a trepar por una escala colocada por los irlandeses.

Blaine es el primero en llegar a lo alto de la muralla y abrirse paso, no sin recibir una brutal herida en la cabeza salvando la vida milagrosamente. Desde lo alto de la muralla, nuestros protagonistas observan el interior de la ciudad. Cerca de ellos, un grupo de irlandeses intenta abrir uno de los portones, pero se les opone un grupo de Francos que los supera en número. Los protagonistas descienden para unirse al combate. Blaine vuelve a recibir una herida seria, esta vez en una de sus piernas. Aunque maltrechos, los protagonistas consiguen derrotar a los francos y abrir el portón para que el ejército pueda penetrar en la ciudad de Bayeux.

Superadas las defensas, la batalla en las calles se resuelve rápidamente y Madoc obtiene un formidable botín que comparte con sus hombres. Un par de días después, se presenta ante él Siagrio. El Pretor pide al Príncipe que se reúna con sus seguidores que aguardan en Rouen para hacer frente al ejército de los Francos. Para sorpresa de Siagrio, Madoc le informa que él y su ejército regresarán a Dumnonia con la próxima marea.

De vuelta a Britania, Blaine se somete a la prueba de iniciación en el culto de Mitras; pero fracasa y se le emplaza a intentarlo de nuevo al año siguiente.